ORIGEN DE LA LAGUNA DE TOTA
Antiguamente
el hueco ocupado por la extensa laguna era un hueco desértico de tierra
amarilla. En noches de plenilunio posábase sobre la cavidad una inmensa
bola de fuego, de la cual salía Busiriaco, Dios de los Infiernos, que
cuando llegaba desataba tormentas y fuertes vientos que alejaban las
nubes del árido lugar.
Un
día el jeque Monetá reunió a todo su pueblo para ir a conjurar a
Busiriaco y a la serpiente negra. Llegados al hueco oraron, ayunaron,
hicieron ofrendas y danzaron; una bailarina lanzó un disco de oro a la
serpiente negra, dejándola herida de muerte; al otro día el jeque Monetá
arrojó al hueco la esmeralda que había regalado Bochica al jefe Suamox;
al caer sobre la serpiente, la piedra perdió su dureza, transformándose
en honda verde y aguas transparentes, las cuales fueron creciendo hasta
llenar el hueco.
Monetá
y su pueblo alabaron a Bachué, Diosa de las Aguas, a Chiminigagua, el
omnipotente Señor del Universo, después de lo cual apareció el arco iris
y sobre él, la figura de Bochica. Desde entonces el sol saca porciones
del guacata ya líquida, la lleva a los cielos y luego la devuelve en
copiosa lluvia, que ha colmado de fertilidad la tan antigua esterilidad
de aquel paraje. Se exploran guacatas en Muzú y Somondoco.
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